Hay productos que no son lo que parecen y pueden causar accidentes a los menores al confundirlos con alimentos.
La normativa prohíbe la fabricación y comercialización, así como la importación y exportación, de los productos que por su apariencia engañosa pongan en peligro la seguridad o la salud de las personas.
Los productos de apariencia engañosa son aquellos que sin ser alimenticios tienen una forma, un olor, un color, un aspecto, una presentación, un etiquetado, un volumen o un tamaño tales que es previsible que los consumidores, en particular los niños y niñas, los confundan con productos alimenticios, y por ello los lleven a la boca, los chupen o los ingieran, pudiendo esta acción implicar riesgos de asfixia, de intoxicación, de perforación o de obstrucción del tubo digestivo.
Este racimo de uvas decorativo fue retirado del mercado por riesgo de asfixia, ya que las uvas se desprendían fácilmente y se podía confundir con un alimento.